lunes, 29 de septiembre de 2008

UN TIPO RISUEÑO



POR MOSKETMAN

Anda por el mundo el tipo risueño.
Sonríe ajeno a todo lo que le rodea, aparentemente es feliz.

No trabaja, se mueve en la empresa que lo ha contratado. La ley del mínimo esfuerzo según lo pactado. Sonríe pensando en meter baza, por no decir otra cosa, a su compañera de trabajo, siéndole infiel, otra vez más, a su mujer.

Ya falta menos. Exactamente tres cervezas y dos horas para pasar a la siguiente pantalla del juego de su querida consola antes de ver su serie de televisión favorita.

En la mesa, un plato. En el plato, comida. Comida que ha preparado su mujer, la cornuda, a la que a veces llama “churri” o “cari”. Un eructo y al sofá en calzoncillos y con calcetines, dos ventosidades y se queda dormido, sonriendo. Ronca. Se despierta de su trono, es el rey.

Tocamiento de genitales, dos ventosidades de despedida y se dirige a sus aposentos, sonriendo. Se acuesta con su “churri” y se queda dormido esbozando una suave sonrisa de bienestar. Piensa en el crédito que le acaban de conceder para la compra de un nuevo coche en el que paseará su estúpida sonrisa, ajeno a todo lo que le rodea...

Y yo sigo siendo optimista. A veces envidio la aparente felicidad de los tipos risueños.

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