lunes, 29 de septiembre de 2008

59

POR ROBERT PASTOR

59 es un proyecto Web que ha nacido como respuesta a una modificación de la Ordenanza de Circulación de Peatones y Vehículos del Ayuntamiento de Barcelona en 2007 en la que prohíben, entre otras cosas, aparcar las bicicletas en el mobiliario urbano bajo pena de multa de 450 euros.

Dicen en 59 que en este periodo han acabado en el depósito muchas bicis, sin aviso ni sanción de por medio, y más de uno ha tenido que ir a retirar el armatoste con un gasto de 59 € —de ahí el nombre—. Así, el grupillo propone gastar esta cifra en comprar candados y "aparcar" objetos por toda la ciudad. Divertida iniciativa que proporciona curiosas estampas al aparecer al mobiliario urbano pegados, objetos de lo más variopintos. Eso sí, en este tema me siento feliz al ver cómo se tiran los platos a la cabeza entre unos y otros.

Por un lado me parece estupendo de la muerte que se lleven las bicicletas al depósito si están mal aparcadas, del mismo modo que se llevan mi coche si lo está... es más, si por mi fuera, la Web se llamaría 259€. Además, creo que Barcelona debería tener todo su parque de bicicletas matriculado, asegurado y pagando un impuesto de circulación a partir de cierta edad, con tasas acordes al tipo de vehículo al que me refiero.

En su manifiesto, 59 afirman que han quitado plazas de parking para colocar las de Bicing. Pues así es, el mapa del Bicing parece un adolescente con acné crónico, pero ¡benvinguts a Barcelona, nois! Además no es que se las hayan quitado sólo a las bicicletas... es que ¡nos las han quitado a todos! A las bicis, a los coches, a las motos, e incluso ha habido casos de quitárselas a discapacitados, pero no sé porqué me da que el manifiesto, aunque no lo especifique, no mira por el resto de vehículos en esta cuestión.
Por otro lado a la vista está que, en esta ciudad, para muchas cosas se empieza la casa por el tejado.
Antes de soltar a la calle una jauría de cicloturistas desmadrados, ¿por qué no poner los medios e infraestructuras para que no se líe la marimorena? Barcelona no es una ciudad preparada para tanto trasto de dos ruedas. Ni lo fue hace cinco años, ni lo es ahora. La ordenanza municipal está plagada de ambigüedades, los cicloturistas se la pasan por el forro de los piñones, y la policía municipal nunca ha tomado cartas en el asunto, salvo cuando conviene hacer el paripé por la repercusión mediática de alguna brillante medida del concejal de turno del ayuntamiento. ¡Pues no señor!, todos jugamos sobre el mismo tablero, así que, o follamos todos, o la puta al río. Si alguien tiene que pagar 59 euros por sacar su bici del depósito, pues mira, Induráin, la pagas. Si no sabes aparcarla, te echas la Orbea al hombro, y la subes al terrado de tu casa.

Es más te deberían poner 150 euros de multa por ir en contra dirección, saltarte un semáforo o circular por zonas prohibidas, además de obligarte a hacer un curso de educación vial.
Pero eso no está entre los planes del ayuntamiento. De boquilla mucha mano dura, pero luego las ordenanzas se las lleva el viento.
Apuesto a que todo seguirá igual hasta que un cicloturista o peatón tenga una desgracia por alguna imprudencia. En el caso del Bicing el ayuntamiento podría verse implicado en la responsabilidad de un accidente, aunque desde la empresa concesionaria, Clear Channel, y desde la gestora del servicio, BSM, aseguran que tienen un seguro de responsabilidad civil. El resto de servicios de alquiler de bicicletas para turistas de Barcelona no sé si lo tendrá.

En Barcelona la lluvia no solamente alivia la sequía. ¡Bendita lluvia! 

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